Pamplona Escudero, 28
Zaragoza
Tfno: 976352007
Realmente hacía mucho tiempo que un restaurante no me sorprendía TANTO, como lo hizo ayer La Sidrería El Trasgo. Había leído buenas críticas pero se quedaban muy cortas.
Estuve muy bien acompañado, disfrutando del
Gran Menú de la Trufa que se lo han trabajado hasta unos niveles que no me podía imaginar, por el precio que nos cobraron de 33 euros con bebida incluida.
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VISTA PARCIAL BARRA DE EL TRASGO |
Cuando ves el sitio por fuera, no te imaginas el nivel que hay en sus fogones. Entre sus mesas encuentras desde la comida más tradicional, como un menú sidrería con chuleta, hasta cocina de autor con juego de olores y artificios para hacer que aun sin probar el plato, ya te está encantando la comida.
Yo si fuese el dueño, puliría algunos detalles interiores de acabado. Pudimos ver marcas en el techo de lámparas anteriores con unos antiestéticos agujeros, que no creo que costase mucho dinero tapar, cambiaría el letrero de la entrada que se ve desfasado... se han gastado un buen dinero reformando el local y se han dejado 4 cosas que le darían un cambio importante.
El trato del personal amabilísimo, siempre una sonrisa en la boca, como si te conocieran de hace tiempo... un 10.
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INTERIOR COMEDOR |
Lo cierto es que estuve también el miércoles en El Trasgo porque estaba intentando reservar una mesa para el jueves y no había manera de contactar y me acerqué en persona para ver qué pasaba. La cuestión es que tenían una avería telefónica, que supongo ya habrán subsanado pero me sirvió para probar algo de su tapeo. Ya que estaba allí...
Probé los
huevos rotos con jamón y el
foie con manzana. Todas las tapas que pude ver en el mostrador tenían un aspecto muy bueno, un tamaño generoso y un precio muy barato, sólo 2 euros. Pedí una botella de sidra en la barra y me cobraron 3,50, las cañas a 1,10, las coca colas a 1,60... precios muy económicos.
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TAPA DE HUEVOS ROTOS |
La sidra merece que me detenga un poco. Cuando te descorchan la botella, le ponen encima un aparatito que la tira con fuerza para intentar crear el mismo efecto que al escanciarla a mano. Lo cierto es que no lo consigue, pero desde luego es mucho más limpio que el método tradicional. Prefiero el tapón para escanciar, que aunque sigue sin ser lo mismo, se le parece más que este otro método, pero me llamó mucho la atención.
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BOTELLA DE SIDRA
CON "ESCANCIADOR" |
La tapa de huevos rotos estaba muy bien para el trabajo que lleva y su precio. Si le tengo que poner un pero al tapeo, es que meten todas las tapas al micro y eso no me gusta nada. Pero reconozco que sino sería muy complicado.
Le pongo un 13/20. La de foie con manzana llevaba 3 capas, que eran patata, manzana y foie. El conjunto era bastante bueno,
le pongo un 14/20.
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FOIE CON MANZANA |
Después de todo esto, paso a analizar el Gran Menú de la Trufa que pudimos degustar ayer.
Al pedir este menú, te preguntan qué bebida quieres para tu cena. Nos ofrecieron sidra, cava o vino. Nos recomendaron usar la misma bebida toda la comida y elegimos cava porque creo que a la trufa es lo que más le va, para mi gusto.
Nos abrieron una botella de cava que nos servían por copas y volvían a guardar la botella en la nevera. La mayoría de los que estaban en el restaurante, estaban comiendo menú sidrería con chuletas (que olían que alimentaban) y desconozco si alguien más estaba bebiendo cava, lo que si sé es que al final de la cena, abrieron una segunda botella para nosotros y no nos cobraron más.
El cava era Freixenet Meritum Gran Reserva 2008. Yo siempre he opinado que los cavas cuanto más recientes mejor están, pero tengo que cerrar la boca porque este cava tenía una burbuja finísima y constante, un color dorado vivo, que con el grado justo de frío estaba delicioso. No conocía este cava y me pareció muy agradable.
Comenzamos con
Tarjeta de presentación, mantequilla trufada con trufa de la tierra. Ya había experimentado en otros sitios lo de comerte la tarjeta de presentación del menú (entrada anterior de La Bastilla) que estaba hecha de pasta de arroz y tinta comestible, pero a mi acompañante le dio un poco de impresión, fue muy gracioso. La Mantequilla tenía un sabor y un aroma intenso a trufa. Muy original.
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TARJETA DE PRESENTACIÓN
CON MANTEQUILLA TRUFADA |
Mención aparte merece el pan que nos trajeron. Hicieron bien en traerlo después de que se llevaran la mantequilla sobrante, porque sino hubiera pasado de la tarjeta, que es muy original y tal, pero como el pan tradicional no hay nada. El pan estaba tostado con un olor a ahumado... y mojado con un aceite de oliva virgen de muy buena calidad y con sus escamas de sal... ¡¡chico, no puede ser a estas horas y ya así!!.
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PAN AHUMADO |
Seguimos con
Crema de Cebolla con falso hongo de yema trufada. Trajeron el plato con un hongo hecho de yema congelada y pusieron por encima la crema de cebolla caliente. Lo cierto es que la crema de cebolla estaba buenísima. La trufa acentúa el sabor de la cebolla y le da un toque EXTRAORDINARIO. Cuando el falso hongo se derretía, acentuaba aún más el sabor a trufa del conjunto.
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CREMA DE CEBOLLA
CON FALSO HONGO |
En tercer lugar nos trajeron
Patata baby trufada en vinagre sobre mousse de queso, brotes de espinacas y gel de aceite. La patata y el queso siempre han combinado muy bien y si añades a estos elementos un conjunto de ingredientes como los que ponen nombre al plato, tiene que ser un triunfo seguro.
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PATATAS BABY CON MOUSSE DE QUESO |
Si analizamos este plato, no es ninguna maravilla. Unos ñoquis con una mouse de queso en una cama de espinacas crudas. Pero le añades la trufa espolvoreada y el gel de aceite para "ligarlo" un poco todo y obtienes un resultado brillante.
En estos momentos de la comida, pensé que no iba a llegar al final. Dejé de comer pan, a pesar de lo bueno que estaba, porque sino iba a acabar reventando.
Seguidamente vinieron con el siguiente plato que era el
Petit Suisse de risotto con amanita cesárea, pompas de nata fresca trufada y toques de cítrico. Cuando trajeron el plato a la mesa, que era un doble plato (uno dentro de otro) con un montoncito de arroz envuelto en plástico con un intenso olor a cítricos, mi acompañante ya se imaginó lo peor... HABÍA QUE COMERSE EL PLÁSTICO!!.
Ya en la mesa, al plato le añadieron 3 cosas. Primero echaron un poco de nata trufada por encima del arroz, luego un poco de agua caliente donde previamente habían echado hielo seco (entre los platos) para que saliera huno y finalmente unos trocitos de amanita cesárea encima del arroz.
Para mí fue el mejor plato de la cena. El arroz estaba meloso, la trufa le daba el toque perfecto y las setas estaban deliciosas. El aroma y sabor a cítricos también le puso un puntito interesante y la puesta en escena... FANTÁSTICA.
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PETIT SUISSE DE RISOTTO |
Continuamos con
Botillo de carrillera de cerdo estofada en trufa al Oporto sobre verduras de temporada al wok. Este plato tiene una dura lucha con el anterior por ser el mejor de la comida, pero creo que la puesta en escena del risotto me nubla un poco el juicio.
La salsa de Oporto trufada estaba deliciosa. Las verduritas en su punto crujiente perfecto, la carne tierna y jugosa, que no es fácil con el cerdo estofado.
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BOTILLO DECARRILLERA DE
CERDO ESTOFADA |
Pre-postre.
Helado de tomate con albahaca, vainilla Bourbon, gominolas de aceite y velo trufado del mismo. Plato con una preparación previa tremenda. El velo trufado de aceite era muy original y le daba una textura diferente al plato pero era muy pesado. Ese saborazo a aceite de oliva del bueno en la boca...
El helado de vainilla con sabor a bourbon me gustó mucho pero el que más me sorprendió fue el de tomate con albahaca que al mezclarlo con el de vainilla, todavía destacaba más.
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HELADO DE TOMATE Y VAINILLA
BURBON CON GOMINOLA |
Finalmente el último plato del GRAN MENÚ DE LA TRUFA fue
Tierra de Aragón con aromas de trufa. Para finalizar, nueva puesta en escena con música incluida. Pusieron en la mesa un MP3 con altavoces y la canción "Canto a la libertad" del difunto Labordeta, con un intenso aroma a trufa que se desplegaba en forma de humo mientras la camarera dibujaba en un plato con una manga pastelera rellena con natillas un plano de Aragón, lo rellenaba con "tierra" que era galleta triturada, lo volvía a cubrir todo con natillas, le ponía azúcar por encima y con el soplete lo caramelizaba. Después desmigaba por encima unas obleas con sabor a chocolate. El conjunto estaba muy bueno pero no pudimos terminarlo, estábamos para explotar.
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TIERRA DE ARAGÓN |
Le doy al conjunto del menú una
puntuación de 18/20. Han trabajado este menú una barbaridad. Voy a volver a este sitio sí o sí y no tardando mucho porque me ha encantado.
GUAJE, PONME UN CULÍN!!.